Del otro lado del mostrador

A veces me pongo a pensar por qué en el único lugar en el mundo donde me siento integrada y a gusto es dentro de una escuela. ¿Por qué en ese ámbito tengo toda la confianza que no logro en otros? ¿Por qué allí soy una reina mientras que en otros sitios me siento un patito feo?  Me di cuenta. Yo fui una nena invisible, pero ahora estoy del otro lado del mostrador y eso me da el poder que no tuve como alumna. Ahora tengo la autoridad, para escuchar a los que no se hacen escuchar,  para ver a todos los que nadie ve y para valorar a los diferentes.