miércoles, 15 de febrero de 2012

Alas


 Hace tantos años que cuento esta historia que ya no me acuerdo quien la escribió, o quien la contó por primera vez. De tanto contarla se transformó en leyenda
 Tal vez me pasó a mí y prefiero no acordarme, o quizás cuando  la escuchen crean que ustedes fueron los protagonistas.
 Dicen que al nacer todas las personas  tenemos alas. Inmensas, plumosas, brillantes. Podemos volar libremente, imaginar, crear. Nos animamos a aprender sin miedo al ridículo ni a equivocarnos.
 También dicen  que al ingresar al Jardín las señoritas les dan un recorte a nuestras alas justo en el momento de formarnos en el trencito, para no molestar con tantas plumas.
 Y al llegar a la escuela primaria las alitas son recortadas otra vez , al comparar el cuaderno con los de los otros, al decir que un trabajito esta feo o desprolijo, al no valorar el esfuerzo
 Al escuchar,  vos no sabes nada, no podes, te sale mal.
 Cuentan que antes de terminar la escuela secundaria  a los seres humanos no nos  queda ni una pluma de aquellas alas.  
 Por eso hoy les pido que me den una mano, que me ayuden a esconder las tijeras.
 Que nos comprometamos a permitir que estas alas se desplieguen, crezcan en creatividad, sin miedo al fracaso, aprendiendo de los errores.
 De nosotros depende que se animen a volar.