lunes, 4 de enero de 2010

Varita mágica

Ser maestra de grado te da la posibilidad de ser a veces mucho más que eso y convertirte en una verdadera Hada Madrina. Esa es una sensación maravillosa e incomparable.
Ella era una nena de 9 años que ya llevaba demasiadas pérdidas en su corta vida. Con ojitos tristes me dijo que no podría participar del acto del 25 de mayo dado que su papá no podía comprar el traje de dama antigua. Rápidamente haciendo uso de mis dotes de hada buena me puse en campaña para conseguir el vestido apropiado para la ocasión.
Pero ella merecía más. Así fue, que sin necesidad de utilizar ratones ni calabazas me propuse completar mi misión.
Ese día durante los diez minutos que duró el minué, fue la niña más admirada de 4to "B".
Su traje, discretamente hermoso se lució junto a los pasos de baile, su mano temblorosa se posó sobre la de su compañero. Aquel no sólo era el mejor alumno, era el más lindo, el más inalcanzable....de no haber sido por el uso apropiado de mi varita mágica.

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