Si bien mis recuerdos de la escuela primaria no son los mejores, no puedo dejar de reconocer que todas mis maestras me dejaron algún regalo.
Ana María, me dejó el ruidito de sus tacos al bajar la escalera. Elsa su perfume, Susana una historia de Papá Noel, gracias a la cual sigo creyendo.
Teresita el estímulo literario, Perla una frase que hice propia: "Una maestra defiende a sus alumnos como una leona a sus cachorros". Lucìa un problema de Lógica que sigo sin resolver. Elvira las historias de los chicos pobres, Lidia a Amado Nervo, Coca el viaje de egresadas.
Todos estos regalos constituyen un tesoro, que cargo dentro de mi mochila, cada tarde cuando voy a la escuela.
miércoles, 13 de enero de 2010
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Hola Adri! Qué alegría encontrarte gracias a Moni que me pasó la dire de tus blogs.
ResponderEliminarY me encantó lo que escribís.
¿Puedo agregar algo?
Elena, mi maestra de 1º, me dejó de recuerdo mi incapacidad para escribir la letra P cursiva con "el palito más largo", de Lily (en 3º) recuerdo su dulzura, de Mirta (mi maestra de 5º y que luego cuando me recibi tuve el agrado de tenerla como directora) los Cuentos de la Selva y de Titi (mi maestra de 6º) los problemas de superficie de cuerpos que nunca lograba resolver.
Pero lo bueno de todo es que luego de tantos años una las sigue recordando y eso es algo maravilloso que debemos agradecerle a esta maravillosa profesión que es la docencia.
Besos
Lily Planas
soy axel te olvidaste de mi
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